El glaucoma es una enfermedad ocular silenciosa que, si no se trata a tiempo, puede causar pérdida de visión irreversible. A pesar de ser una de las principales causas de ceguera en el mundo, muchas personas desconocen esta afección.

¿Qué es el glaucoma?

El glaucoma es un grupo de enfermedades oculares que dañan el nervio óptico, el cual envía imágenes desde el ojo al cerebro. A menudo, este daño se produce por un aumento de la presión dentro del ojo.

Causas del glaucoma

Las causas exactas del glaucoma no siempre son claras, pero se conocen algunos factores de riesgo:

  • Edad: El riesgo aumenta con la edad.
  • Historia familiar: Si tienes antecedentes familiares de glaucoma, tienes más probabilidades de desarrollarlo.
  • Diabetes: La diabetes puede aumentar el riesgo de glaucoma.
  • Hipertensión arterial: La presión arterial alta puede dañar el nervio óptico.
  • Uso prolongado de corticosteroides: Estos medicamentos pueden aumentar la presión ocular.

Síntomas del glaucoma

En las primeras etapas, el glaucoma suele ser asintomático. A medida que la enfermedad avanza, los síntomas pueden incluir:

  • Pérdida gradual de la visión periférica: Notarás que tu campo visual se va reduciendo como si estuvieras mirando a través de un túnel.
  • Halos alrededor de las luces: Pueden aparecer halos de colores alrededor de las luces brillantes.
  • Dolor ocular: En casos de glaucoma agudo, se puede presentar dolor ocular intenso.

¿Cómo se diagnostica el glaucoma?

El diagnóstico temprano es clave para preservar la visión. Durante un examen ocular completo, tu oftalmólogo realizará pruebas como:

  • Tonometría: Mide la presión dentro del ojo.
  • Gonioscopia: Examina el ángulo de drenaje del ojo.
  • Oftalmoscopia: Examina el nervio óptico.
  • Campo visual: Evalúa tu campo visual.

Tratamiento del glaucoma

El tratamiento del glaucoma dependerá de la gravedad de la enfermedad y de sus causas. Las opciones de tratamiento incluyen:

  • Gotas para los ojos: Reducen la presión intraocular.
  • Láser: Crea aberturas en el iris para facilitar el drenaje del líquido ocular.
  • Cirugía: En casos más avanzados, puede ser necesaria una cirugía para mejorar el drenaje del líquido ocular.

Prevención del glaucoma

Aunque no siempre se puede prevenir el glaucoma, adoptar hábitos saludables puede reducir el riesgo:

  • Visitas regulares al oftalmólogo: Realízate exámenes oculares completos de forma regular, especialmente si tienes más de 40 años o tienes factores de riesgo.
  • Control de enfermedades crónicas: Mantén bajo control enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial.
  • Alimentación saludable: Una dieta rica en frutas, verduras y pescado puede ayudar a proteger tu salud ocular.
  • Ejercicio regular: La actividad física regular puede ayudar a reducir la presión arterial y mejorar la circulación sanguínea.

Recuerda: La detección temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales para preservar tu visión. Si tienes alguna duda o preocupación, consulta a tu oftalmólogo.